Corría el año 1.930 cuando la familia formada por Enrique Bastan Pico, su esposa Teresa López  Jerez y sus hijos Teresa y Pepito, deciden dejar su Jijona natal y emigrar a Argel, concretamente a Orán, donde monta su primera heladería JIJONENCA, la cual por el buen hacer del maestro heladero Enrique, pronto tiene un gran éxito siendo muy demandados sus helados.

En el año 1936, comienza la guerra civil en España y Enrique es llamado a filas, pero decide quedarse en Orán y pasar allí la guerra. Por 1940 empiezan a producirse los primeros disturbios entre Argelia y Francia y Enrique decide volver a Jijona con toda su familia.

Pasan un par de años haciendo la temporada del turrón en Jijona y la temporada del helado en los pueblos donde le contrataban hasta que, en el año 1942, por mediación de un cuñado suyo que vivía en Elda (Alicante) deciden ir a este prospero pueblo donde monta un obrador ya que la venta en esa época se hacía mediante carritos ambulantes.


Es en 1950 cuando Enrique decide venderle la heladería de Elda a un empleado suyo y trasladarse a la vecina ciudad de Petrel en donde abre otra heladería JIJONENCA, y al poco tiempo debido a la gran demanda monta una segunda heladería y llama a su hija Teresa y a su marido Guillermo para que les ayudasen, ya que tanto Guillermo como Teresa estaban trabajando en la mejor heladería de Sevilla, LA GRANJA GARRIGÓS, en la céntrica calle Tetuán. Sirva como anécdota que fue la heladería La Granja y Guillermo los encargados de fabricar y servir el helado en la boda de la Duquesa de Alba.

Con el paso del tiempo hemos evolucionado, creando nuestra propia marca y dando a HELADERIAS CASSATA un valor añadido con unos estándares de alta calidad y la seguridad de producir solo helado de verdad con las mejores materias primas, abriendo nuevos negocios con el paso del tiempo.

Ya somos cuatro generaciones de heladeros y esperamos que sean varias más las que nos sigan para el placer de nuestra clientela que año tras año, esperan hasta la primavera que abramos nuestras tiendas para degustar nuestras cremas y granizados como hacen y hacían sus padres, abuelos y bisabuelos desde el año 1942.